Tradicionalmente, las cirugías de columna implicaban grandes abordajes (incisiones), lo que hacía que fueran muy cruentas y que tuvieran un elevado índice de complicaciones posteriores, entre ellas, infecciones. Afortunadamente, la ciencia con su avance, nos permite hoy disponer de técnicas revolucionarias que dieron un giro al tratamiento de las patologías de la columna:

  • Cirugías mínimamente invasivas.

    Como su nombre lo indica, son técnicas que buscan resolver los mismos inconvenientes que resolvían las cirugías tradicionales, pero haciendo incisiones pequeñas, “invadiendo” el cuerpo del paciente solamente de manera focalizada, con aparatología e instrumental específico.

    Los beneficios son enormes:

    • Disminuye el sangrado durante la cirugía y, por ende, la necesidad de transfusiones postoperatorias.
    • Menos tiempo de internación.
    • Los pacientes retoman sus actividades con más celeridad y con mejor evolución, ya que los músculos de la columna fueron mínimamente lesionados durante la cirugía.
    • Disminuye el dolor postoperatorio.
    • Disminuye notablemente el riesgo de infecciones asociadas a la cirugía.

  • Cirugías por navegación.

    Estas técnicas son posibles gracias a aparatología específica que permite que el cirujano vaya avanzando en la intervención guiándose por imágenes transmitidas, en tiempo real, a pantallas que lo asisten. Es una plataforma abierta con la que se logra extrema precisión, ya que se dispone de toda la información necesaria sobre la anatomía del paciente, lo que reduce el tiempo de la intervención y minimiza los riesgos quirúrgicos.

    Son ideales para colocar sistemas de fijación, así como para el tratamiento de deformidades, tumores y enfermedades degenerativas.